N° 27. 1. Año 2023



26 de enero de 2023
Premio José Lorca

Ana Sainero Rodríguez.  Doctora en Psicología y Experta en protección a la infancia por la Universidad de Oviedo.

María Martínez Hernández. Licenciada en Psicología y Experta en Protección a la infancia por la Universidad de Oviedo.

Noemí Lamas Martínez. Licenciada en Psicología, Especialista en atención temprana por la Universidad de Oviedo.

Asociación Asturiana para la atención y el cuidado de la infancia (ASACI). Calle Foncalada 5, 1º oficina 3. 33002 Oviedo (Asturias).

La violencia contra la infancia y adolescencia es un problema social complejo y multifactorial que requiere de un abordaje integral para su prevención y erradicación. La promulgación de la Ley Orgánica 8/2021, de 4 de junio, de protección integral contra la violencia, ha configurado un nuevo escenario que establece las pautas, medidas y estrategias necesarias para poner fin a las experiencias de victimización que lastran la vida y el desarrollo de miles de niños, niñas y adolescentes. Una de las directrices intrínsecas a esta Ley es la necesidad de articular una respuesta integral a la violencia desde la promoción del buen trato y la generación de contextos seguros y protectores. Bajo este paradigma se organizan las diferentes actuaciones que tratan de prevenir y erradicar las experiencias de violencia que, a pesar de los esfuerzos manifiestos, continúan siendo frecuentes en la etapa infanto-juvenil. En este artículo se presenta una propuesta concreta de actuación de abordaje integral del fenómeno por parte de la Asociación Asturiana para la Atención y el Cuidado de la Infancia (ASACI) entidad sin ánimo de lucro en el Principado de Asturias.

    1. Introducción

La violencia contra la infancia y adolescencia es un problema social complejo, multifactorial y con el potencial de generar graves consecuencias en las personas que la experimentan. No es sencillo cuantificar la violencia, pero los datos disponibles en nuestro país nos hablan de que entre un 83 y 91% de las personas menores de edad han sido víctimas de estas situaciones (Pereda, 2019). Nos encontramos, por tanto, ante un fenómeno frecuente que, sin embargo, continúa siendo minimizado o normalizado a nivel social, entendiéndolo como parte de la crianza y la vida de niñas, niños y adolescentes.

El impacto que la violencia tiene en el desarrollo, ajuste y bienestar de la infancia y adolescencia que la experimenta está perfectamente evidenciado (Kendall-Tackett, 2003; López- Soler, 2009; López- Soler et al, 2012; Cervera et al, 2020). También lo están los costes económicos y sociales que supone (Ramos et al, 2018) así como el despliegue de todo un marco jurídico de alcance internacional y nacional que protege y asegura el derecho de todas las personas a vivir una vida libre de toda forma violencia. A pesar de ello, continúan siendo numerosos los contextos, las interacciones y las pautas de crianza con carga de violencia que persisten en la actualidad.

Un avance especialmente significativo en la lucha por la erradicación de la victimización infanto-juvenil ha sido la reciente promulgación de la Ley Orgánica 8/2021 de protección integral a la infancia y adolescencia frente a la violencia. Entre algunas de las cuestiones más significativas de esta Ley se encuentra la definición de violencia, que establece un marco común para su abordaje e intervención desde el enfoque y promoción del buen trato, que queda también conceptualmente definido en la legislación. Además, el concepto de violencia establecido configura una perspectiva de intervención mucho más amplia que el término de maltrato (que hace alusión a situaciones extremas). De esta forma, se engloba como objetivo de intervención cualquier situación o interacción que tenga el potencial de dañar o alterar el bienestar y desarrollo. El buen trato es la directriz prioritaria para combatir y erradicar la violencia contra la infancia y adolescencia en todas sus formas. Esto es, en la medida que promovamos los derechos y bienestar de los niños, niñas y adolescentes en todos los contextos, interacciones y espacios de desarrollo, asegurando sus necesidades, protección y seguridad, estaremos combatiendo y erradicando las situaciones de victimización.

Para alcanzar este fin, la Ley describe una respuesta integral abarcando lo que puede considerarse las diferentes fases o esferas de respuesta ante el fenómeno, desde la sensibilización social hasta la reparación de las víctimas. De esta forma se favorece una respuesta global y holística que toma en consideración la complejidad y multidimensionalidad de la victimización y asegura actuaciones más certeras y eficientes.

    1. Programa integral de abordaje de la victimización en la infancia y la adolescencia a través de la promoción de buen trato

Todas estas premisas recogidas en la nueva Ley, son las máximas que han orientado el trabajo de las entidades y recursos especializados en violencia contra la infancia y la adolescencia desde hace décadas. En el Principado de Asturias, la Asociación Asturiana para la atención y el cuidado de la infancia (ASACI) viene desplegando desde el año 2016 un programa integral de abordaje de la victimización en la infancia y la adolescencia a través de la promoción del buen trato. El balance de personas beneficiarias de las diferentes actuaciones que lo conforman asciende a más de 10.000 y los niveles de satisfacción referidos son altamente positivos.

El programa cuenta en sus características con un enfoque multinivel, una estrategia de coordinación con agentes clave en la detección y protección de la infancia y adolescencia ante la violencia, y una metodología basada en la narrativa como medio para el desarrollo e integración de recursos personales de prevención de la violencia y promoción de la resiliencia y la salud emocional.

El diseño del programa se detalla a continuación de forma diferenciada en áreas para facilitar la lectura, pero es importante señalar que las fases se complementan e incluso se concatenan (por ejemplo, la sensibilización es una forma de prevención y esta a su vez una forma de reparación). El resultado es una respuesta integral que aborda el fenómeno en todas sus vertientes. De forma concreta la propuesta de ASACI incorpora actuaciones de:

  • Sensibilización social: promoviendo la cultura del buen trato, la cobertura de necesidades y el cumplimiento de todos los derechos que asisten a la infancia y adolescencia. Son múltiples las estrategias de sensibilización social posibles: campañas de sensibilización social como El cuento cambia si tú lo cuentas de FAPMI-ECPAT España o la Campaña del Consejo de Europa Uno de cada cinco para la prevención de la violencia sexual; difusión de buenas prácticas, noticias, documentos y estrategias para generar contextos seguros y protectores para niñas, niños y adolescentes. Fruto de esta línea de trabajo, ASACI ha distribuido más de 4000 ejemplares de materiales de sensibilización ante la violencia y promoción del buen trato en contextos sociales de atención directa e indirecta a infancia y ha alcanzado cotas de impacto de más de 20.000 personas en sus diferentes plataformas y redes sociales.
  • Prevención: se despliega mediante dos grandes líneas. La primera de ellas se concreta en la promoción de recursos de resiliencia y salud emocional en niños, niñas y adolescentes mediante talleres y actuaciones formativas de continuidad. Se persigue que los participantes desarrollen o refuercen factores o recursos identificados en la literatura científica como protectores o de resiliencia para prevenir o responder de mejor forma ante situaciones vitales adversas y de riesgo y/o de violencia. Con un enfoque participativo y desde el contexto de aula, se organizan talleres para la promoción de estrategias de gestión emocional, autoestima, apoyo social y duelo entre otras.  Estas acciones se complementan con el trabajo, en la misma línea, con las personas adultas de referencia, especialmente los contextos familiares y el profesorado. Estas actuaciones preventivas han ido progresivamente incrementándose desde su inicio en el año 2016 siendo una manifestación explícita la apuesta por la salud emocional y el bienestar en los primeros años como inversión de futuro. La segunda línea tiene que ver con el fomento de conocimientos y estrategias para asegurar el buen trato y detectar y responder de forma protectora (auto y heteroprotección en el caso de las personas menores de edad) ante situaciones de victimización de diferente tipo. Se trabaja así de forma concreta situaciones de violencia entre iguales, de pareja, violencia de género e intrafamiliar. Fruto de estas actuaciones se cuenta en el Principado de Asturias con 6.600 niñas, niños y adolescentes participantes a quienes se ha proporcionado conocimientos y estrategias de afrontamiento y gestión ante posibles situaciones de victimización. Las temáticas más trabajadas tras ser detectadas como necesidades prioritarias por los referentes educativos han sido: la prevención de la violencia entre iguales (especialmente en lo que se refiere a violencia en las redes sociales) y violencia sexual. Resulta importante destacar la implicación de los centros escolares en su sensibilización hacia dichas temáticas,  ya que durante los últimos años se constata un incremento en la atención, detección e intervención y búsqueda de soluciones para su abordaje. En cuanto a las personas adultas beneficiarias directas de las actividades formativas del programa, se cuenta con más de 3.200 profesionales de atención directa formados en diferentes tipologías de victimización y más de 629 grupos familiares con recursos y estrategias de acompañamiento a sus hijos e hijas en esta línea de trabajo. Es precisamente la familia, el grupo que supone el mayor reto  de trabajo para el programa dada su baja participación a la convocatoria de las actividades y la trascendencia en la promoción del buen trato y protección ante la violencia.  El impacto y adecuación de las acciones del programa está avalado por los altos niveles de satisfacción (superiores a 4 sobre 5) obtenidos por los diferentes grupos participantes en las actividades formativas: alumnado y referentes educativos (profesorado y familia). Con resultados superiores al 90% de los participantes en los talleres que reconocen la adquisición de estrategias, conocimientos y recursos tras las sesiones, lo que indica la necesidad de continuar reforzando la línea preventiva a través de la formación especializada y adaptada al grupo y recurso concreto.
  • Intervención terapéutica: el objetivo final del Servicio es recuperar o establecer un adecuado nivel de ajuste y bienestar emocional, promover los recursos de protección propios y familiares e integrar la experiencia vivida sin que se genere una respuesta traumática que condicione el presente y el futuro de la persona. El centro de la intervención es la persona víctima junto con sus progenitores y/o referentes vinculares principales, que se consideran clave en el proceso de reparación emocional. La especificidad del fenómeno de la violencia y su potencial traumático requiere de un equipo de profesionales especializado en la materia, tal y como recoge la Ley 8/2021. Desde el año 2016 el servicio ha atendido 147 personas menores de edad. Aunque la existencia de situaciones de victimización no es un motivo de inclusión para la intervención, en más del 55% de los casos atendidos se ha identificado una situación de violencia en el pasado o en el presente que resultaba significativa en la historia de vida de la persona. Las demandas de intervención atendidas son variadas, pero se constata un incremento de las solicitudes al alcanzar la adolescencia, momento en que las manifestaciones o indicadores de malestar son explícitos por parte de la persona menor de edad que, en muchas ocasiones plantea por sí misma la solicitud de ayuda. Este hecho, coincidente con los datos de notificaciones de situaciones de violencia a nivel estatal y autonómico que son dominantes en la franja de edad 11-17, no debe despistarnos de la necesidad de prevención en etapas previas. Es entonces cuando ocurren las situaciones de victimización de diferente tipo que pasan más desapercibidas, pero en las que las personas tienen mayor vulnerabilidad y cuya identificación y derivación recae en las personas adultas de referencia y no tanto en las propias personas víctimas.
  • Información y asesoramiento (Servicio DIME): finalmente, todas las actuaciones previas se completan con un Servicio de información ciudadana y asesoramiento anónimo y con modalidad telemática y/o presencial. El Servicio DIME ha atendido hasta la fecha más de 244 demandas (fundamentalmente procedentes de contextos particulares seguido por solicitudes de profesionales de atención directa), por cuestiones relativas a dudas sobre el proceso de notificación, protocolo a seguir y pautas de atención y protección a víctimas. El origen y contenido de estas demandas ha ido manteniéndose en una media de 50 solicitudes anuales con un significativo incremento durante el período de la pandemia generado por la Covid 19.  El contenido de las demandas podría ser considerado reflejo de aquellos aspectos y grupos en los que es necesario incidir para el abordaje de la victimización en nuestra comunidad autónoma como son: los mecanismos de derivación y los recursos de atención a víctimas dentro del Principado de Asturias.
    1. Cierre y resultados

La trayectoria e impacto de este programa integral ha sido reconocida el pasado año 2022, con la concesión de la Consejería de Derechos Sociales y Bienestar del Principado de Asturias del premio José Lorca a la promoción y defensa de los derechos de la infancia en su XV edición. De forma más concreta, el balance a nivel técnico muestra una evolución positiva en la respuesta social y profesional ante el fenómeno de la victimización desde el enfoque del buen trato. Cada vez son más numerosas las personas, contextos y recursos ocupados en la protección de la infancia y en el cumplimiento de todos sus derechos y atención a sus necesidades. No obstante, continúan identificándose sesgos, falsas creencias e interacciones con carga de violencia en los diferentes contextos de desarrollo de la infancia y adolescencia. Combatir esto y alcanzar una cultura global de buen trato, exige un esfuerzo conjunto para erradicar situaciones de violencia y un compromiso social, institucional y personal que asegure a niñas, niños y adolescentes todos y cada uno de los derechos que les asisten.

    1. Bibliografía

Cervera, I., López-Soler, C., Alcántara-López, M., Sáez, M., Fernández, V. y Martínez Pérez, A. (2020). Consecuencias del maltrato crónico intrafamiliar en la infancia: Trauma del desarrollo. Papeles del Psicólogo - Psychologist Papers. Vol. 41(3), pp. 219-227.

Kendall-Tackett, K. A. (2003). Treating the lifetime health effects of childhood victimization. Kingston, NJ: Civic Research Institute.

López-Soler, C. (2009, Septiembre). Evaluación y diagnóstico psicopatológico en menores maltratados. I Conferencia Internacional Perspectivas en Protección Infantil: Retos y avances. Oviedo.

López-Soler, C., Fernández, M. V.,Prieto, M., Alcántara, M. V., Castro, M. y López, J. A. (2012). Prevalencia de las alteraciones emocionales en una muestra de menores maltratados. Anales de Psicología, 28(3), 780-788.

Pereda, N. (2019). ¿Cuánta violencia es demasiada? Evaluación de la polivictimización en la infancia   y   la   adolescencia. Papeles    del    Psicólogo,   40(2),    101-108. doi:10.23923/pap.psicol2019.2892

Ramos, R. (., & et al. (2018). Los costes de la violencia contra la infancia. Impacto económico y social. Madrid: Educo.